Propuesta IU Congreso Declaración contra la Guerra de Iraq
El Pleno del Congreso de los Diputados, en su sesión del día de hoy, aprueba por asentimiento, la siguiente declaración institucional con ocasión del cuarto aniversario del inicio de la Guerra de Irak.
El 20 de marzo se cumple el cuarto aniversario del inicio de la Guerra de Irak, una guerra ilegal, asentada en la mentira de la supuesta existencia de armas de destrucción masiva y realizada sin autorización expresa del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Cuatro años después, el saldo es de cientos de miles de muertos iraquíes y más de tres mil soldados norteamericanos caídos en Irak. El gasto militar en la guerra llega a los 378.000 millones de dólares, y sigue creciendo a razón de 11 millones de dólares por minuto. La situación es mucho peor que al comienzo.
Ganar la guerra puede que haya sido fácil. Pero está claro que ha sido imposible ganar la paz. La potencia ocupante ha fracasado en su intento de estabilizar Irak, a pesar del despliegue de más de 170.000 tropas de la coalición liderada por EEUU.
La sociedad iraquí camina al borde del abismo, en un escenario caótico, marcado por la inestabilidad política y el vacío de poder, en un clima de violencia extrema y terrorismo, muerte y destrucción que hace muy difícil la reconstrucción del país, sumido en la confrontación sectaria de base étnica y religiosa, y en medio del colapso económico, social, cultural y humano, que representa uno de los mayores desastres humanitarios de comienzos del siglo XXI.
Esta guerra ilegal debilitó a la ONU como institución multilateral y conculcó instrumentos esenciales del Derecho Internacional, como pusieron en evidencia las torturas y vejaciones descubiertas en la prisión de Abu Ghraib
Lejos de acabar con el terrorismo, la llamada “guerra contra el terror” lo ha propagado. El terrorismo yihadista ha usado la guerra de Irak como pretexto y argumento en sus atentados de Bali, Casablanca, Londres y Madrid.
Como ha reconocido la máxima autoridad de la coalición sobre el terreno, no hay solución militar al conflicto. En este sentido, la conferencia internacional de seguridad celebrada el 10 de marzo en Bagdad con participación de EEUU, Irak, Siria e Irán, ha sido una iniciativa esperanzadora, en la medida en que pueda representar un giro hacia las vías diplomáticas y políticas, revirtiendo el proceso de degradación militar en que se halla sumido el país.
Por todo ello, el Congreso de los Diputados, al cumplirse cuatro años del inicio de la Guerra de Irak,
1.- Reitera sus pronunciamientos anteriores a favor de la paz, la estabilidad, la democracia, la integridad territorial y la reconstrucción de Irak.
2.- Apoya las iniciativas que ofrezcan un marco de cooperación internacional y contribuyan eficazmente a que los iraquíes puedan recuperar su plena soberanía y construir su propio futuro en paz, seguridad e independencia.
3.- Exhorta a todos los países, y especialmente a los miembros de la Unión Europea, a buscar nuevos caminos para la Paz y la reconciliación de los iraquíes, en el horizonte de un orden internacional más justo, basado en la defensa de los derechos humanos fundamentales.
4.- Reclama a las autoridades de EEUU que entreguen a la Justicia española los tres militares estadounidenses imputados por el asesinato del camarógrafo español José Couso en el hotel Palestina de Bagdad el 8 de abril de 2003.
5.- Considera que, para contribuir a una solución justa y duradera a este conflicto, el Gobierno debe seguir actuando sobre la base del respeto del Derecho Internacional, la Carta de Naciones Unidas y los Derechos Humanos; la condena de toda violencia dirigida contra la población civil; el respeto de la soberanía de los Estados y la cooperación entre los Estados de la región.
Lo que se publica de conformidad con lo dispuesto en el artículo 97 del Reglamento de la Cámara
Palacio del Congreso de los Diputados
20 de marzo de 2007
El 20 de marzo se cumple el cuarto aniversario del inicio de la Guerra de Irak, una guerra ilegal, asentada en la mentira de la supuesta existencia de armas de destrucción masiva y realizada sin autorización expresa del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Cuatro años después, el saldo es de cientos de miles de muertos iraquíes y más de tres mil soldados norteamericanos caídos en Irak. El gasto militar en la guerra llega a los 378.000 millones de dólares, y sigue creciendo a razón de 11 millones de dólares por minuto. La situación es mucho peor que al comienzo.
Ganar la guerra puede que haya sido fácil. Pero está claro que ha sido imposible ganar la paz. La potencia ocupante ha fracasado en su intento de estabilizar Irak, a pesar del despliegue de más de 170.000 tropas de la coalición liderada por EEUU.
La sociedad iraquí camina al borde del abismo, en un escenario caótico, marcado por la inestabilidad política y el vacío de poder, en un clima de violencia extrema y terrorismo, muerte y destrucción que hace muy difícil la reconstrucción del país, sumido en la confrontación sectaria de base étnica y religiosa, y en medio del colapso económico, social, cultural y humano, que representa uno de los mayores desastres humanitarios de comienzos del siglo XXI.
Esta guerra ilegal debilitó a la ONU como institución multilateral y conculcó instrumentos esenciales del Derecho Internacional, como pusieron en evidencia las torturas y vejaciones descubiertas en la prisión de Abu Ghraib
Lejos de acabar con el terrorismo, la llamada “guerra contra el terror” lo ha propagado. El terrorismo yihadista ha usado la guerra de Irak como pretexto y argumento en sus atentados de Bali, Casablanca, Londres y Madrid.
Como ha reconocido la máxima autoridad de la coalición sobre el terreno, no hay solución militar al conflicto. En este sentido, la conferencia internacional de seguridad celebrada el 10 de marzo en Bagdad con participación de EEUU, Irak, Siria e Irán, ha sido una iniciativa esperanzadora, en la medida en que pueda representar un giro hacia las vías diplomáticas y políticas, revirtiendo el proceso de degradación militar en que se halla sumido el país.
Por todo ello, el Congreso de los Diputados, al cumplirse cuatro años del inicio de la Guerra de Irak,
1.- Reitera sus pronunciamientos anteriores a favor de la paz, la estabilidad, la democracia, la integridad territorial y la reconstrucción de Irak.
2.- Apoya las iniciativas que ofrezcan un marco de cooperación internacional y contribuyan eficazmente a que los iraquíes puedan recuperar su plena soberanía y construir su propio futuro en paz, seguridad e independencia.
3.- Exhorta a todos los países, y especialmente a los miembros de la Unión Europea, a buscar nuevos caminos para la Paz y la reconciliación de los iraquíes, en el horizonte de un orden internacional más justo, basado en la defensa de los derechos humanos fundamentales.
4.- Reclama a las autoridades de EEUU que entreguen a la Justicia española los tres militares estadounidenses imputados por el asesinato del camarógrafo español José Couso en el hotel Palestina de Bagdad el 8 de abril de 2003.
5.- Considera que, para contribuir a una solución justa y duradera a este conflicto, el Gobierno debe seguir actuando sobre la base del respeto del Derecho Internacional, la Carta de Naciones Unidas y los Derechos Humanos; la condena de toda violencia dirigida contra la población civil; el respeto de la soberanía de los Estados y la cooperación entre los Estados de la región.
Lo que se publica de conformidad con lo dispuesto en el artículo 97 del Reglamento de la Cámara
Palacio del Congreso de los Diputados
20 de marzo de 2007
1 comentario:
Drogaína
Pero la cafeína pone, joder que si pone, por eso se consume a esos niveles de rutina y, como el vino, es pan nuestro de cada día
Los españoles no dejan de sorprenderme. Ya de por sí, alguien que reniega de su tierra y opta por ser español, acto que implica pertenecer a una patria sin cultura propia -a no ser que la tortura lo sea- y basada en un ejército, dos partidos políticos, dos bancos, dos grupos de información y un equipo de fútbol... me parece, al menos, extraño. Su presidente, el señor Rodríguez Zapatero, otro figura, se prestó a responder a las preguntas de sus compatriotas hace tres o cuatro días. En riguroso directo, de esos en los que se emite el acto con un retraso de varios minutos por si las moscas, ZP hacía campaña cuando fue atacado por un adversario político inesperado que, como ya todos sabemos, le preguntó por el precio del café.
Cafeína. La droga preferida por los traficantes de cocaína para convertir sus kilos de farlopa en el doble o, quién sabe, quizás el triple. Tampoco es que se les pueda acusar de crueles por este hecho a quienes se dedican a adulterar sustancias puesto que, una vez puestos, podrían hacerlo con materias primas muchísimo más baratas que no colocan y encima te devoran. Pero la cafeína pone, joder que si pone, por eso se consume a esos niveles de rutina, y por eso, como el vino, es pan nuestro de cada día. Ahí abajo, aquí arriba, entre los límites fronterizos en los que el mandato de ZP y de Juan Carlos de Bourbón desaparece al cruzar una línea trazada por una espada, unas drogas son legales y sagradas y otras ilegales. Satanizadas.
Todas las drogas son droga. ¿O no? En el caso de algunas de ellas, como es el del alcohol (vino, cerveza), la cafeína (café, red bull...) nos hacen creer que son parte imprescindible de una dieta, la mediterránea dicen, que es, como su selección de fútbol, la mejor del mundo. Últimamente se suma a este grupo de drogas que se anuncian a través de los medios de comunicación la cocaína, que aunque siga siendo ilegal ya nadie oculta que sus amigos la toman y es sagrada puesto que lo que antes se bendecía en misa ahora se hace en la televisión. Nadie se espanta al escuchar que un tertuliano de las cadenas españolas se ponga hasta el culo de perica. ¡También los ricos son rebeldes, guey!
Zapatero no sabía cuánto vale un café, no tiene ni idea, pero seguro que sus amigos saben cuánto vale un gramo de coca. Seguro que saben cuánta gente se pudre en la cárcel para que ellos puedan correrse sus juergas cada vez que ganan eurovisión o juegos sin fronteras. A ellos les da absolutamente igual el precio del café, y más aún el de la vida, que es a lo que parece que quería hacer alusión el señor que le preguntó a ZP por el café.
¿Que está caro el café? Pues métete perico tío, que no sube de precio, sólo baja la cantidad. ¿La calidad? ¡Qué más te da cafeína líquida o en polvo! Al final va a resultar cierto eso de que las drogas son malas, aunque yo prefiero pensar que es según quién las tome, como hacen ellos con las armas.
Xabier Silveira-Bertsolaria
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