domingo, 2 de septiembre de 2007

Nueva operación retorno y la seguridad vial sigue siendo un problema sin resolver, con o sin carné por puntos

Aquí tampoco hay panaceas
(Articulo publicado por empresa y finanzas)
Durante la tramitación en el Congreso de los Diputados del proyecto de ley para la entrada en vigor del carné por puntos, mi formación saludó positivamente la idea y trabajó, a través de la presentación de enmiendas, la mayoría de ellas aceptadas, para la mejora de diversos aspectos de la ley que considerábamos mejorables. Sin embargo, al mismo tiempo advertíamos que, con ser positiva la adopción de este tipo de medidas para tratar de paliar el grave problema de los accidentes de tráfico, la entrada en vigor del carné no iba a ser la panacea ni la solución definitiva. Como en muchos otros casos, como el de la violencia de género, la promulgación y aprobación de una ley no es un remedio mágico y debe estar acompañada al mismo tiempo de una política integral, de medidas de todo tipo, con las que afrontar el problema desde sus diferentes y abundantes vertientes.
En todo caso, el carné por puntos ya lleva en funcionamiento un tiempo y se puede comenzar a hacer balance. Como señalan los responsables de la Dirección General de Tráfico, hay una reducción de los accidentes y de las víctimas mortales –de los 4.000 muertos al año en los años precedentes a los 3.000 actuales- y hay una ligera concienciación ciudadana al respecto del problema –real o inducida por el carácter punitivo, según casos- que tiene la traducción en cambios de conducta como el de la reducción en cuatro kilómetros por hora de la velocidad media, si atendemos a los datos ofrecidos por el Gobierno. Todas estas cuestiones están bien, pero el número de accidentes sigue siendo descomunal y las cifras de muertos y heridos todavía son inaceptables.
Una de las primeras cuestiones que no ha resuelto el carné es el de la concienciación ciudadana. Todo y los avances, el tema de los accidentes de tráfico sigue sin ser percibido en la sociedad en toda su dimensión trágica y las campañas en medios de comunicación y los esfuerzos de las asociaciones de víctimas no han conseguido que cale en el tejido social una nueva sensibilidad hacia este problema. Mayor insistencia en el sistema educativo, en todos sus niveles, y una formación en las autoescuelas que no se limite a la memorización del código y a los rudimentos técnicos de la conducción podría ser el camino a seguir. El gran peso que tienen en las cifras los accidentes de ciclomotores y motocicletas, junto a los siniestros del fin de semana asociados a las salidas de ocio, son una muestra de que entre los jóvenes sigue sin existir una adecuada concienciación ante el problema.
Por otro lado, durante la tramitación de la ley también señalábamos que el carné, por sí mismo, no iba a mejorar el estado de nuestras carreteras o iba a borrar de un plumazo los abundantes puntos negros de la red viaria, como es en nuestro caso la tristemente célebre N-340. Además, existen otros datos para la reflexión: entre el 4 y el 10% de los accidentes se deben al estado de los vehículos, una circunstancia que indica que hay cuestiones como la inspección técnica o la adecuada renovación del parque móvil que no están funcionando. Este es un tema muy importante porque se está condicionando la seguridad viaria a la capacidad económica del ciudadano. Ante esto el Estado debería articular mecanismos para que todos los coches, obligatoriamente, tengan el máximo nivel de protección posible sin que ello repercuta en los costes de los vehículos de gama media y baja.
Existe, finalmente, otro tema que puede poner en peligro lo que tiene de positivo el carné: el proceso entre la pérdida de los puntos y la retirada efectiva del permiso de conducir sigue siendo lento e ineficaz y nos podemos encontrar ante la desagradable circunstancia de que esta medida pierda eficacia entre los sectores de la población que menos respetan las normas y que estaban moderando sus malos hábitos y actitudes a causa del carácter punitivo de las medidas.
Como en otras cuestiones, por tanto, aquí no hay panaceas. Las medidas punitivas no van a conseguir mejoras sustanciales en los accidentes de tráfico si no van acompañadas de otro tipo de actuaciones dirigidas a mejorar la seguridad vial de nuestras carreteras, la puesta a punto de los vehículos y, sobre todo, a acabar con la tolerancia social hacia las personas que ponen en riesgo todos los días sus vidas y las de los demás.


Isaura Navarro

2 comentarios:

Anónimo dijo...

I pregunte jo Isaura...�no es mes f�cil no posar en les mans dels consumidors veh�culs preparats per a no cumplir les normes? �per qu� un veh�cul homologat per Industria est� preparat per a duplicar la velocitat m�xima autorizada? �es realment culpa del usuari o de qui permitis que estos veh�culs puguen circular per les nostres v�es?. No se pot deixar en les mans de un xic de nomes divuit anys amb una copa de mes un cotxe de mes de dos-cents e incl�s tres-cents caballs, (i tots hem vist que aix� pasa) pero pense que tampoc se pot permitir que ho fa�a una persona sobria de mitjana edat que estiga de mal humor. En fi, que mort el gos morta la rabia.

Emma Rawlins dijo...

Hola, soy Emma, una estudiante en el Francisco Llopis en Lliria. He echo un breve video en el que explico que no hay acceso al hospital de Lliria para peatones y gente en bici.

El enlace es:

http://www.youtube.com/johnnevada46

Como habrá un restaurante y autobús en el hospital estoy segura que habrá mucha gente intentando ir andando y en bici. Y ahora, tal y como esta, será muy peligroso.


Un saludo,

Emma Rawlins

http://www.lasprovincias.es/valencia/20080130/ediciones/nina-denuncia-video-internet-20080130.html