miércoles, 2 de abril de 2008

¿Dónde quedó el talante?

A todas luces un presidente del Congreso elegido en segunda vuelta es un mal comienzo de legislatura, significa que existe un rechazo por parte de todos los diputados no socialistas de que precisamente esa persona sea el encargado de dirimir, mediar, propiciar acuerdos y sobre todo escuchar a todos los grupos que no son el suyo, salvaguardando los derechos de los grupos minoritarios que también representan la soberanía del pueblo. Si aquellos que deben ser escuchados y atendidos, rechazan al mediador y moderador de la partida y mientras el partido mayoritario, por cuestiones de interés partidista, se mantiene en sus trece, es sencillamente un mal gesto y peor comienzo para una legislatura donde por fortuna el Psoe sigue sin disfrutar de su tan preciada mayoría absoluta.

La Mesa de la Cámara es un órgano donde sin hacer alardes políticos se toman a diario decisiones fundamentales para el buen funcionamiento de esa difícil casa donde todas las partes que suman representación de los ciudadanos cuentan, o deben contar, y para que ello sea posible sus miembros, y en especial el Presidente, debe saber escuchar y ser el presidente de todos, no la correa de transmisión de las decisiones del portavoz de su grupo parlamentario, pues estamos hablando de la cuarta institución del Estado. Ahí es nada.

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